El periodismo universitario, laboratorio necesario
Roberto Alonso
Si hay un espacio libre y abierto para el debate de las ideas y la discusión de altura es la universidad. Es allí donde caben todas las posturas fundamentadas y a la vez la crítica inteligente. La universidad debe ser un foro permanente para reflexionar y profundizar en torno a las problemáticas que nos atañen como profesionistas, pero ante todo, como ciudadanos. Una universidad que no da cabida a la libre expresión y que, por el contrario, no permite practicar lo aprehendido en el aula, no se puede preciar de serlo.
A nivel nacional vivimos hoy en día una política de comunicación esquizofrénica. Mientras los discursos se encuentran plagados de los indicadores de una consolidación democrática, los viejos vicios del autoritarismo y la censura no dejan de cavilarse y ejecutarse desde las posiciones de poder. El uso de la publicidad oficial para premiar o castigar a los medios de información, la censura previa, la impunidad y el abuso de la pantalla para proteger los intereses de los barones de la televisión con el usufructo de un bien público son amenazas que obstaculizan una verdadera democracia que respete y garantice libertades fundamentales y no sólo las pregone.
En alusión a esta breve radiografía, una suerte de modelo similar ocurre también en las universidades. En defensa de sus intereses, las autoridades universitarias no desestiman la posibilidad de traducir las herramientas esgrimidas por las grandes esferas de poder. Silenciar las voces críticas y desprestigiar el talante crítico llevado a cabo con base en la libertad de expresión parece convertirse en una política codiciada.
Bajo este panorama, el ejercicio periodístico universitario es impedido desde el mismo lugar donde también es fomentado y, en este sentido, la universidad contradice sus principios a fin de que su imagen no resulte dañada. Si en las universidades se condiciona la libertad de expresión con el cuidado de la institución, que no nos parezca extraño que las noticias que vemos, escuchamos y leemos sean matizadas o sesgadas para celar al medio o a algún personaje en particular.
El periodismo universitario no es poca cosa, es en esta especie de laboratorio donde se forman futuros reporteros, periodistas y comunicadores que serán fuente de información y análisis sobre lo que como ciudadanos nos preocupa y nos interpela. De no poner el dedo en el renglón, estaremos auspiciando la desinformación y llenando portadas y planas enteras de información oficial.
Estudiante de la Licenciatura en Comunicación en la Universidad
Iberoamericana Puebla, articulista del periódico digital e-consulta y
colaborador del suplemento “Medieros” en La Jornada de Oriente.